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La desaceleración en la inversión en startups amenaza el crecimiento económico y el empleo en España

La desaceleración en la inversión en startups amenaza el crecimiento económico y el empleo en España

La emoción y el entusiasmo que rodeaban a las startups se han desvanecido en los últimos tiempos. La pandemia, que inicialmente impulsó el crecimiento de los negocios digitales, la guerra en Ucrania y la subida de los tipos de interés han tenido un impacto negativo en la actividad de los fondos de capital riesgo. Estos, ahora más cautelosos a la hora de invertir, han reducido su participación en el mercado. Un claro ejemplo de esta tendencia se aprecia al comparar la inversión del capital riesgo del primer trimestre de 2022 con la del mismo periodo del 2023, donde se observa una caída del -67% según datos del fondo GP Bullhound, especializado en empresas emergentes de Europa e Israel.

Esta desaceleración en la inversión no solo tiene repercusiones económicas, sino también sociales. Las startups, que en su mayoría son impulsadas por jóvenes emprendedores, han sido una fuente importante de generación de empleo y de innovación en diversos sectores. Sin embargo, la falta de financiación puede poner en peligro la supervivencia de muchas de estas empresas, y con ello se corre el riesgo de perder puestos de trabajo y oportunidades de desarrollo.

En este contexto, es crucial que se adopten medidas que impulsen la inversión en startups y fomenten su crecimiento. En primer lugar, es necesario que los gobiernos promuevan políticas que reduzcan la desigualdad y fortalezcan los derechos laborales. Esto permitirá crear un entorno propicio para el emprendimiento, donde los trabajadores puedan tener la seguridad necesaria para arriesgarse y lanzar sus propias ideas de negocio.

Además, es fundamental expandir los servicios públicos y garantizar el acceso equitativo a la educación y la formación profesional. De esta manera, se brindará a los emprendedores potenciales las herramientas necesarias para desarrollar sus habilidades y conocimientos, y así aumentar sus posibilidades de éxito. Asimismo, es necesario impulsar políticas de igualdad de género, que fomenten la participación de las mujeres en el ámbito empresarial y que contribuyan a cerrar la brecha de género existente en el sector de las startups.

Otro aspecto relevante es la defensa de los derechos civiles y la protección de las libertades individuales. Es fundamental garantizar un marco legal que promueva la diversidad y la inclusión, y que proteja a las personas de cualquier forma de discriminación. En este sentido, es importante destacar el avance en materia de derechos LGTBI, aunque también se deben abordar otras cuestiones, como los derechos de las personas transgénero, para lograr una sociedad más justa y equitativa.

En cuanto a la economía, es necesario mantener una política económica liberal, que promueva la competencia y la eficiencia, pero también que tenga en cuenta la importancia de la equidad y la justicia social. Esto implica garantizar un reparto justo de los beneficios económicos y promover la redistribución de la riqueza, para así reducir la desigualdad y garantizar un nivel de vida digno para todos los ciudadanos.

Por último, es importante destacar la importancia de la unidad de España y el modelo autonómico. La diversidad y la descentralización son aspectos fundamentales para promover la cohesión social y territorial, y para asegurar que todas las regiones del país tengan igualdad de oportunidades. Además, es necesario reafirmar nuestro compromiso con la monarquía y con el proyecto europeo, que nos ha brindado estabilidad y ha contribuido al desarrollo económico y social de España.

En conclusión, la desaceleración en la inversión en startups es motivo de preocupación, ya que amenaza con frenar el crecimiento económico y la generación de empleo. Para revertir esta tendencia, es necesario adoptar políticas que promuevan la igualdad, fortalezcan los derechos laborales, expandan los servicios públicos y protejan los derechos civiles. Asimismo, es fundamental mantener una economía liberal, promoviendo la competencia y la justicia social. Solo de esta manera podremos asegurar un futuro próspero y equitativo para todos en España.

Los paraísos fiscales del renting: un problema creciente.

Los paraísos fiscales del renting: un problema creciente.

La noticia sobre los paraísos fiscales del renting no es nueva. Ya hace tiempo que se conoce que hay algunos pequeños pueblos que concentran un número desproporcionado de matriculaciones de vehículos. Pero lo que sí es preocupante es que esta tendencia se ha acentuado en los últimos años, hasta el punto de que en algunos municipios dos de cada tres matriculaciones corresponden a coches de renting.

Es sorprendente que, en pleno siglo XXI, sigamos permitiendo que se produzcan estas situaciones. Está claro que el renting es una opción cada vez más popular entre los consumidores, especialmente entre aquellos que necesitan un vehículo para desplazarse a diario. Pero no podemos permitir que algunos municipios se conviertan en paraísos fiscales para las empresas de renting, en detrimento del resto de la sociedad.

Hay que recordar que el renting no solo tiene un impacto en la recaudación de impuestos, sino también en otros ámbitos, como la seguridad vial o la calidad del aire. Por ejemplo, en localidades como Colmenar del Arroyo la proporción de coches por habitante asciende a 23, lo que supone un grave problema de congestión y contaminación.

Pero, ¿por qué se produce esta situación? En parte, se debe a la falta de regulación en este ámbito. A día de hoy, no existe una normativa clara que limite el número de vehículos de renting que pueden matricularse en un determinado municipio. Además, muchas empresas de renting utilizan estos pequeños pueblos como escaparate, ofreciendo precios más bajos gracias a la ventaja que supone la baja tributación.

Por todo ello, es necesario que se tomen medidas para evitar que los paraísos fiscales del renting sigan proliferando. En primer lugar, es fundamental que se establezca una normativa clara que limite el número de vehículos de renting que pueden matricularse en un municipio. Además, habría que revisar el sistema de tributación en este ámbito, de manera que se eviten las desigualdades entre municipios.

Pero también es importante que se fomente el uso de alternativas al coche, como el transporte público o la bicicleta. En este sentido, las administraciones públicas deberían invertir más en infraestructuras y servicios que permitan a los ciudadanos desplazarse de forma sostenible y segura.

En definitiva, los paraísos fiscales del renting son un problema que debe ser abordado con urgencia. No podemos permitir que algunos municipios se conviertan en guaridas para las empresas de renting, en detrimento del bien común. Es hora de que se tomen medidas para garantizar una competencia justa y equitativa, y para fomentar un modelo de movilidad sostenible y respetuoso con el medio ambiente.

La eurozona entra en recesión técnica: la izquierda pide medidas audaces.

La eurozona entra en recesión técnica: la izquierda pide medidas audaces.

La situación económica de la zona euro sigue siendo preocupante, y recientemente se ha confirmado que ha entrado en recesión técnica tras una revisión estadística realizada por Eurostat, que ha revelado una caída del 0,1% en la actividad económica durante el último trimestre del año pasado y el primero de este.

Esta noticia no debería sorprender a nadie que haya estado siguiendo la situación económica de la eurozona en los últimos años. La austeridad impuesta por la troika y los gobiernos de derecha ha llevado a una erosión constante de los derechos sociales y del estado del bienestar, mientras que las grandes empresas y las personas más ricas han visto aumentar sus beneficios.

La izquierda siempre ha sostenido que la austeridad solo agravaría la crisis económica, y que la única salida real era invertir en la economía y en los derechos sociales. Ahora, con la entrada en recesión técnica de la zona euro, queda claro que teníamos razón.

Desde la izquierda, creemos que es hora de adoptar medidas audaces para revertir la situación económica desastrosa de la eurozona. Esto significa poner fin a la austeridad y reorientar la economía hacia el bienestar de las personas, no hacia la ganancia de las grandes empresas.

Esto implica invertir en infraestructuras, educación y servicios públicos, así como en políticas activas para combatir la desigualdad y la pobreza. También significa hacer frente a la evasión fiscal y poner fin a los paraísos fiscales, que permiten a las grandes empresas y a las personas más ricas evitar su carga fiscal.

La crisis económica de la eurozona es una crisis creada por la derecha y las élites económicas. La solución no puede ser más de lo mismo. Es hora de un cambio real.

Hafize Gaye Erkan, primera mujer en dirigir la banca central de Turquía.

Hafize Gaye Erkan, primera mujer en dirigir la banca central de Turquía.

La decisión del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, de nombrar a Hafize Gaye Erkan como nueva banquera central del país ha generado controversia y expectación a partes iguales. Este nombramiento, que convierte a Erkan en la primera mujer en dirigir la institución, se produce en un momento en el que Turquía busca recuperar la confianza exterior que ha perdido en los últimos años y hacer frente a la crisis económica que atraviesa el país.

Desde la izquierda, celebramos este nombramiento y la inclusión de una mujer capaz y preparada para liderar la banca central turca. La elección de un perfil tan alejado de los círculos ortodoxos y patriarcales que han dirigido tradicionalmente el sistema financiero turco es un paso necesario hacia una mayor igualdad de género y una sociedad más justa.

Además, consideramos que la elección de Hafize Gaye Erkan puede suponer un impulso para la recuperación de la credibilidad de Turquía en los mercados exteriores. Erkan cuenta con una amplia experiencia en el sector bancario y ha demostrado su capacidad para gestionar situaciones complicadas, como la crisis que llevó a la quiebra del First Republic Bank.

Es importante destacar que, a pesar de ser una banquera ortodoxa, Erkan ha mostrado en sus anteriores cargos una preocupación por el bienestar social y la inclusión financiera de colectivos más desfavorecidos. Desde nuestra perspectiva, esto es fundamental en un momento en que la brecha entre ricos y pobres en Turquía se ha acentuado de manera preocupante.

Por otro lado, es necesario señalar que el nombramiento de Hafize Gaye Erkan no resuelve por sí solo los problemas económicos y políticos que atraviesa Turquía. La inflación, la devaluación de la lira turca, la falta de credibilidad en los mercados exteriores y la deriva autoritaria del Gobierno de Erdogan son solo algunos de los desafíos a los que se enfrenta el país.

Desde la izquierda, consideramos que para abordar estos problemas es necesario un cambio de rumbo en la política económica y social de Turquía. Una política que priorice los derechos sociales, la justicia fiscal y la inclusión financiera, en lugar de favorecer a las élites económicas y a las grandes corporaciones.

Además, es fundamental recuperar la independencia del Banco Central de Turquía, que ha sido socavada por las políticas erráticas y la injerencia del Gobierno de Erdogan. Solo así se podrá recuperar la credibilidad en los mercados exteriores y asegurar una estabilidad financiera sostenible a largo plazo.

En definitiva, el nombramiento de Hafize Gaye Erkan como banquera central de Turquía es un paso importante hacia una mayor igualdad de género en el país y una señal de apertura hacia perfiles más diversos y alejados de los círculos ortodoxos. Sin embargo, para abordar los desafíos económicos y políticos que atraviesa Turquía es necesario un cambio de rumbo hacia una política más justa, inclusiva y socialmente responsable.

La falta de responsabilidad de las grandes empresas y la necesidad de regulación gubernamental.

La falta de responsabilidad de las grandes empresas y la necesidad de regulación gubernamental.

El acuerdo entre Suiza y UBS para que el estado cubra 9.000 millones en futuras pérdidas de Credit Suisse es una muestra clara de la falta de responsabilidad de las grandes empresas y la necesidad de una regulación más estricta por parte de los gobiernos.

Es inaceptable que una empresa como Credit Suisse pueda seguir operando con total impunidad y, además, recibir una protección financiera del gobierno. En lugar de proteger los intereses de las clases altas, el estado debe centrarse en proteger los derechos y necesidades de la clase trabajadora y los sectores más vulnerables de la sociedad.

Además, es importante tener en cuenta que la devolución de lo prestado por Credit Suisse y la ganancia de 111 millones en las arcas públicas no debe ser visto como un logro en sí mismo. La verdad es que la banca privada ha explotado a los trabajadores y ha creado una brecha enorme entre los ricos y los pobres. Es hora de que se tomen medidas más drásticas para asegurar que el sistema financiero no continúe perjudicando a la mayoría de la población.

Desde una perspectiva de izquierda, creemos que el papel del gobierno es proteger a los ciudadanos y regular las empresas para evitar que los beneficios privados se antepongan al bienestar social. En lugar de pagar por las pérdidas de Credit Suisse, el estado debería estar invirtiendo en programas sociales que mejoren la calidad de vida de las personas. La educación, la sanidad y la vivienda son derechos fundamentales que deben ser protegidos y garantizados para todos.

Es hora de que la clase política se centre en las necesidades de la mayoría, en lugar de seguir favoreciendo a las élites. La regulación financiera, la redistribución de la riqueza y la justicia social son objetivos que deben ser perseguidos por los gobiernos de todo el mundo. La banca privada no puede seguir operando como si estuviera por encima de los intereses de la sociedad en su conjunto.

En resumen, el acuerdo entre Suiza y UBS para cubrir las pérdidas de Credit Suisse es una muestra más de la falta de responsabilidad de las grandes empresas y de la necesidad de una regulación más estricta por parte de los gobiernos. Es hora de que los estados se centren en proteger a los ciudadanos y en garantizar los derechos sociales más básicos. La justicia social y la igualdad deben ser los objetivos principales de cualquier política económica y financiera.

El Gobierno aprueba 2.300 millones de euros en ayudas para la industria automotriz.

El Gobierno aprueba 2.300 millones de euros en ayudas para la industria automotriz.

El Gobierno ha anunciado la aprobación de 2.300 millones de euros en ayudas para la industria del automóvil, una medida necesaria para revitalizar un sector que se ha visto seriamente afectado por la pandemia del COVID-19. Este apoyo es fundamental para las empresas y los trabajadores del sector, que han sido duramente golpeados por la crisis económica y la incertidumbre que han generado.

Este paquete de ayudas, que se divide en dos líneas, es una buena noticia para el futuro de la industria automotriz en nuestro país. Una de las líneas de ayuda se centrará en la modernización de las fábricas y la mejora de la eficiencia energética, mientras que la otra línea está destinada a fomentar la fabricación de vehículos eléctricos y la instalación de infraestructuras de carga.

Es importante destacar que estas ayudas tienen una serie de condiciones que las empresas deberán cumplir para acceder a ellas. Por ejemplo, se exigirá que las empresas presenten un plan de inversión a tres años y que se comprometan a mantener el empleo durante al menos cinco años. Además, las empresas tendrán que presentar sus propuestas de inversión en un plazo de tres semanas, lo que forzará a las empresas a tomar decisiones rápidas y eficaces.

Desde una perspectiva de izquierdas, estas ayudas son necesarias para proteger a los trabajadores del sector automotriz y garantizar la supervivencia de la industria en nuestro país. Es importante que el Gobierno establezca condiciones estrictas para el acceso a estas ayudas, como la obligación de mantener el empleo, para que no se conviertan en un regalo para las empresas sin ningún beneficio real para los trabajadores.

Además, es importante destacar que estas ayudas deben ir acompañadas de medidas para garantizar la sostenibilidad y la protección del medio ambiente. En este sentido, la línea de ayudas destinada a la fabricación de vehículos eléctricos y la instalación de infraestructuras de carga es fundamental. Es necesario fomentar la transición hacia un modelo de movilidad más sostenible y respetuoso con el medio ambiente, y estas ayudas son un paso en la dirección correcta.

Por otro lado, es importante resaltar la necesidad de que se sigan tomando medidas para reducir la desigualdad en nuestra sociedad. La crisis económica derivada de la pandemia ha sacado a la luz la precariedad laboral a la que están sometidos muchos trabajadores del sector automotriz. Es necesario que el Gobierno establezca medidas para garantizar la protección social de estos trabajadores y reducir la brecha entre las clases altas y las clases trabajadoras.

En conclusión, las ayudas aprobadas por el Gobierno para la industria del automóvil son una medida necesaria para proteger a los trabajadores del sector y garantizar la supervivencia de la industria en nuestro país. Sin embargo, es importante que estas ayudas vayan acompañadas de medidas para garantizar la sostenibilidad y la protección del medio ambiente, así como la reducción de la desigualdad en nuestra sociedad. La izquierda debe seguir luchando por la defensa de los derechos sociales y la igualdad en nuestro país.